Cultura

Fallece Francisco Sánchez Nava, férreo defensor del patrimonio arqueológico 

El INAH lamenta la partida del investigador mexicano que dedicó 48 años de su vida a la producción académica y la arqueología de salvamento 

Por Martha López Huan 

El Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) lamenta el fallecimiento del doctor Pedro Francisco Sánchez Nava (Ciudad de México, 5 de julio de 1951), un hombre que a lo largo de 48 años entregó lo mejor de su producción académica y se desempeñó como un funcionario eficiente en la presidencia del Consejo de Arqueología y la Coordinación Nacional de Arqueología.

 «Se ha ido a quien todos conocíamos como Pedro Francisco. La familia INAH pierde al arqueólogo Sánchez Nava, gran investigador y comprometido colega. Recordaremos su sentido del humor y sabiduría», indicó en su cuenta de Twitter la secretaria de Cultura federal, Alejandra Frausto Guerrero.

El director general del INAH, Diego Prieto Hernández, consideró que pierden a uno de sus mejores cuadros,  «un excelente académico, buen funcionario y magnífica persona, con un gran sentido del humor y especial sensibilidad y compromiso con la institución y con el patrimonio arqueológico y cultural de México».

Desde su experiencia en campo y desempeño en la Dirección de Salvamento Arqueológico y la Dirección de Registro Público de Monumentos y Zonas Arqueológicos, transmitió una imagen adecuada del INAH y el quehacer arqueológico.

Expresaba que la vinculación del arqueólogo con la sociedad es indispensable, «de lo contrario, nuestra tarea pierde su sentido y se convierte en un quehacer anodino de autosatisfacción individual o gremial […] Para muchos, desarrollamos una actividad exótica en la que encontramos tesoros, huesos y exploramos tumbas y pirámides vestidos con pantaloncillos cortos. Parte de nuestra tarea debe ser explicar, de forma puntual y clara, nuestro trabajo y sus objetivos».

Sobre cuáles son los temas y áreas de investigación prioritarios para la arqueología, Pedro Francisco Sánchez Nava dejó claro en el libro Arqueólogos a través del espejo, que debe ser el impulso al atlas arqueológico nacional, «pero no como un proyecto coyuntural, sino como una actividad permanente y de largo aliento, con recursos propios y vinculados al desarrollo del país, con metodologías homogéneas y un marco conceptual consensuado».

» Avanzar en esa tarea permitirá establecer prioridades de preservación y investigación e incluso de aprovechamiento de ese recurso, con base en el conocimiento y el diagnóstico reales de los sitios arqueológicos», dijo en una ocasión.

Sus temas de interés fueron la arqueología de salvamento, las transformaciones urbanas prehispánicas, el registro arqueológico, los lugares de culto y todo lo que se refiere a la protección y uso social del patrimonio cultural y arqueológico.

En sus 48 años de labor arqueológica, el también miembro del Sistema Nacional Investigadores, produjo una importante cantidad de textos, entre artículos y libros, entre los que destaca el Molino del Rey. Historia de un monumento, Memoria del Registro Arqueológico en México.

Treinta años y, entre los últimos elaborados, en mancuerna con el doctor Ivan Ṡprajc, Orientaciones astronómicas en la arquitectura maya de las Tierras Bajas y Orientaciones astronómicas en la arquitectura de Mesoamérica: occidente y norte.

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