Mérida recibe con los brazos abiertos el eje surrealista y vanguardista de Miró
La muestra con 59 obras del pintor catalán, que pone el broche de oro al Mérida Fest, permanecerá abierta hasta mayo próximo
Por Martha López Huan
Trazos, formas y colores primarios que dan vida al eje surrealista, vanguardista y místico del pintor catalán Joan Miró recrean una colección de 59 obras que la ciudad mexicana Mérida recibe con los brazos abiertos, como un regalo por su 482 aniversario.
La muestra del también escultor, grabador y ceramista, denominada «Miró. Mística y vanguardia», atrapa al visitante y lo transporta al campo de la imaginación, a la libertad creativa para comprender a uno de los grandes de la creación plástica del siglo XX que nació en Barcelona en 1893 y murió en Palma de Mallorca en 1983.
«En los cuadros vemos la identidad iconográfica de Joan Miró, con personajes sintéticos, apenas con un brazo, tronco, pierna cabeza y ojos, así como sus paisajes celestes y elementos marinos», explicó Santiago Pérez Garci, curador de la muestra.
Feliz, por el interés que mostró el público yucateco durante la inauguración de la exposición que permanecerá en el Centro Cultura Olimpo de Mérida hasta el 4 de mayo próximo, dijo que no podía ser de otra manera.
«Miró cautiva en todo México y el mundo, porque es alguien que no sólo trascendió la escena española y europea, su impacto fue decisivo para el desarrollo del impresionismo en Norteamérica», precisó sobre el autor, que en abril próximo se cumplirán 131 años de su nacimimiento.
Como ejemplo mencionó al estadounidense Paul Jackson Pollock, uno de los pintores del impresionismo abstracto que nunca ocultó la gran influencia de Joan Miró en sus obras.
«Miró se diversificó en la historia del arte universal, es una figura internacional y su obra es uno de los más grandes emblemas del arte moderno», agregó el curador sobre el artista catalán que aprovechó todas las disciplinas en el arte gráfico.
Pérez Garci, quien espera la visita de 20.000 personas durante la exposición de enero a mayo, explicó que hay un objetivo: que el visitante vea a Miró desde una posición en la historia del arte, pero que tenga la libertad estética, artística y expresiva.
«El visitante debe entender la obra de Miró como un proceso intelectual de síntesis creativo, vinculado con un orden conceptual de las vanguardias, pero también con una práctica mística y de vocación religiosa que se recombinan para concebir el arte desde una mirada radical en su juventud», explicó.
Su mirada se dirigió a las obras donde el artista captura paisajes del aire, Sol y mar, «es que quiso expresar todos los colores de la pintura y lo hizo en escala básica, donde el rojo, azul, amarillo y negro muestran vitalidad».
Los cuadros del artista catalán muestran que «se volcó más hacia una abstracción expresionista, con elementos formales que se entretejen con la identidad cromática que se vuelve característica de la iconografía del artista».
En la inauguración, el curador y museógrafo habló sobre los diferentes momentos de la vida de Miró, su tránsito continuo entre su natal Barcelona, su estancia en París, la costa de Normandía y sus viajes a Nueva York.
«Eso le permitió vincularse con toda la revolución estética que marcaría la pintura, la escultura, poesía y obra editorial, así como las tendencias vanguardistas, su marcada formación religiosa católica y visión mística», comentó.
La obra, reunida de diversas colecciones privadas de España, permite ver la evolución del arte gráfico creado en el siglo pasado.
En tres salas del Centro Cultural Olimpo, el visitante encontrará litografías, calcografías realizadas en técnicas de aguafuertes, aguatintas, a veces combinadas, así como algunas tintas secas y xilografía.
