Por Martha López Huan
Uh, la diosa Luna de los mayas, baña con su luz la zona arqueológica de Chichén Itzá y se detiene justo en la alfarda norte del Castillo de Kukulcán donde empieza el majestuoso descenso de la Serpiente de plata.
«Es un fenómeno arqueo astronómico que confirma el dualismo entre el Sol y la Luna en el Castillo de Chichén Itzá, el centro ceremonial de los mayas que está enclavado en el corazón de ese sitio prehispánico», explicó el custodio del lugar, José Antonio Keb Cetina.
Sus palabras se unen al sonidos de las aves se entretejen con el tintinar de las estrellas que a las tres de la madrugada coronan el enorme edificio considerado una de las siete nuevas maravillas del mundo moderno.
La belleza que surge del plenilunio es indescriptible, pero la magia casi se puede tocar de 3:30 a 4:04 cuando se van formando poco a poco cinco triángulos de luz que regala con poderío la diosa Uh.
Un día antes, la Serpiente Lunar también llegó esplendorosa, con siete triángulos de luz.
Las primeras horas de Jueves Santo la Serpiente Lunar llegó con cinco triángulos y su vestido color plata, igual que hace unas semanas se apareció Kukulcán para fertilizar el Mayab, que en lengua maya significa La Tierra de los no muchos, de los privilegiados.
«Los arquitectos mayas construyeron el Castillo en un lugar privilegiado para que dominen el cosmos y capturen la hierofanía de sus dioses, en este caso Kukulcán Lunar», aseguró el matemático Eddie Salazar Gamboa, quien desde hace 30 años descubrió ese fenómeno junto con el arqueólogo Víctor Segovia Pinto (+).
Arriba, la enorme Luna parece presumir su brillo, el poder que también tenía entre la élite, los sacerdotes y el pueblo maya que la veneraba que conocía el dualismo entre el sistema religioso y filosófico, entre el Kin (Sol) y Uh (Luna).
Para el director de la zona arqueológica de Chichén Itzá, Marco Antonio Santos Ramírez, el fenómeno tiene mucho que ver con la astronomía y el calendario agrícola de los antiguos pobladores de la ciudad precolombina.
«Desde hace años (1993) se dio a conocer este fenómeno arqueo astronómico que surge después del Equinoccio de Primavera cuando la Luna está en el horizonte oeste», contó.
El arqueólogo añadió que aún se investiga la dualidad de ese bello espectáculo que surge en el plenilunio.
«Hay muchas hipótesis y teorías que aún no se comprueban, pero seguro los mayas prehispánicos observaron esta misma belleza nocturnal y le han de haber dado un significado relevante», aseguró.
Dijo que la peculiaridad del descenso de la Serpiente de plata se debe a que la Luna llena tiene la misma posición del Sol, «durante el Equinoccio de Primavera».
La llegada de la Serpiente Lunar con cinco y siete triángulos de luz confirma la hipótesis del matemático Eddie Salazar Gamboa en el sentido de que se el fenómeno arqueo astronómico se puede observar con más Isósceles.
