Península

Encuentran en una representación de Kahuil, el dios maya del rayo y el fuego

Forma parte de una urna, cuya tapa remata con una cabeza del dios maya, vinculado con el poder, la abundancia y la prosperidad: Diego Prieto Hernández

Por Martha López Huan

Los trabajos de rescate arqueológico que se realizan en el Tramo 7 del Tren Maya dejaron al descubierto una representación de Kahuil, el dios maya del rayo y del fuego, informó Diego Prieto Hernández, director del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).

«La deidad se encontró como parte de una urna, cuya tapa remata con una cabeza del dios maya, vinculado con el poder, la abundancia y la prosperidad», agregó.

Hay pocas representaciones tridimensionales del dios procedente de Tikal, Guatemala, que en el período Posclásico fue llamado Bolon Dzacab (en maya yucateco significa Nueve o Muchas Generaciones).

En el período Clásico se representó en esculturas de cerámica y murales con el pene o una pierna transformado en serpiente.

El dios, que en el Códice Dresde aparece con una nariz larga, bifurcada y llena de adornos, fue encontrado en el Tramo 7 del proyecto Tren Maya, que va de Bacalar, Quintana Roo, a Escárcega, Campeche.

«La deidad formaba parte de una urna, en cuyo cuerpo muestra el rostro de una deidad solar y en la tapa, la cabeza del dios Kahuil», aseguró.

El hallazgo sorprendió a los investigadores del INAH, ya que hay pocas representaciones del dios Kahuil en México.

«Hasta el momento, sólo conocíamos tres en Tikal, Guatemala, es una de las primeras que aparece en territorio mexicano,» aseguró.

La deidad está representada en pinturas, hachas votivas y relieves, así como en los códices Dresde y Maya de México, antes llamado Grolier, «pero no es frecuente que aparezca como figura en tres dimensiones».

El titular del INAH comentó que la pieza fue mostrada al presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, durante la gira realizada el fin de semana pasado para supervisar los avances del Tramo 7 del Tren Maya.

En esa zona le rindieron informes sobre la localización de estructuras, plataformas y edificios abovedados, en los que se han buscado soluciones de ingeniería para preservarlos, «con posterioridad, muchos de esos edificios serán restaurados para que los viajeros del Tren Maya puedan admirarlos y disfrutarlos».

Dijo que las tareas de supervisión arqueológica concluyeron en los tramos 1 al 5, que van de Palenque, Chiapas, a Tulum, Quintana Roo.

«Concluyeron al 100% los vistos buenos de la obra, es decir, ya no hay tareas de campo, pero aún se trabaja en obras complementarias, como el acopio y limpieza de los materiales arqueológicos, su clasificación y ordenamiento, y la sistematización de la información de los materiales y registros georreferenciados de cada uno de los vestigios encontrados», explicó.

«Todo ese trabajo debe dar lugar al análisis de la vasta información, la elaboración de informes académicos y un gran simposio internacional de investigación sobre la civilización maya que se organizará este año», anunció.

 Añadió que el INAH cuenta con un laboratorio en Chetumal donde se concentra toda la información de los salvamentos arqueológicos, que nutrirá el devenir de las culturas mayas mesoamericanas en los próximos 25 años.

Prieto Hernández informó que los trabajos arqueológicos se concentran ahora en los tramos 6 y 7, que corren de Tulum a Bacalar, en Quintana Roo, y de Escárcega, Campeche, con avances de 94 y 97 por ciento.

«Una buena parte de los arqueólogos se sumarán a las acciones que se llevan a cabo en 26 sitios arqueológicos adyacentes a la ruta del Tren Maya, en los que se aplica el Programa de Mejoramiento de Zonas Arqueológicas (Promeza), a cargo de la Secretaría de Cultura federal», manifestó.

Confirmó que otra zona que se atenderá es Ichkabal, ubicada en Bacalar, al sur de Quintana Roo, cuya apertura al público se prevé para agosto de 2024.

Al corte del 27 de abril, hay registrado y preservado: 48,971 bienes inmuebles, entre cimientos, albarradas y basamentos; 896,449 fragmentos de cerámica analizados; 1,817 bienes muebles, correspondientes a metates y cerámica; 704 vasijas en proceso de restauración; 491 osamentas y 1,307 rasgos naturales (cuevas y cenotes).

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