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Descubren en Uxmal una ofrenda a la Señora Chak Chel y el Caminante del inframundo

El cajete y las cuatro vasijas corresponden al Clásico Tardío y Clásico Terminal, es decir, del 700 al 1,200 d.C.

Por Martha López Huan

 

Los trabajos del Tren Maya que se realizan en el Tramo 3 que va de Calkiní, Campeche a Izamal, Yucatán, dejó al descubierto otro importante legado maya en Uxmal: un cajete y cuatro vasijas que corresponden a los Períodos Clásico Tardío (750-900 d.C.) y Clásico Terminal (900-1100 d.C.).

«Es una ofrenda cerámica compuesta por un cajete trípode y cuatro vasijas a localizadas en la Zona Arqueológica de Uxmal, metro y medio debajo del espacio donde hace algunos meses se descubrió la Estela 18», comentó Diego Prieto Hernández, director del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).

La ofrenda quizá se depositó en algún momento del periodo Clásico Tardío (750-900 d.C.), durante la invocación a la diosa y el dios de la abundancia representados en la estela dual: la Señora Chak Chel y el Caminante del Inframundo.

Ofrenda descubierta por el INAH

El hallazgo forma parte del reporte sobre las tareas de salvamento arqueológico y la aplicación que lleva a cabo la Secretaría de Cultura federal del Programa de Mejoramiento de Zonas Arqueológicas (Promeza), en el Tramo 3 del Tren Maya.

El antropólogo Diego Prieto dijo que la ofrenda fue detectada por el equipo que dirige el arqueólogo José Huchim Herrera en la Estructura 26 del grupo arquitectónico conocido como El Palomar, donde se realizaron labores de investigación, exploración y conservación, con recursos del Promeza.

Explicó que las cuatro vasijas evocan las cuatro esquinas del universo y los cuatro puntos cardinales, que contenía un líquido sagrado como alimento de los dioses.

El cajete trípode con sonaja (para el servicio de alimentos), aún conserva la policromía, cubría las cuatro vasijas, como un contenedor que alude al cosmos y la continuidad armónica del universo.

La ofrenda cerámica maya fue retirada con sumo cuidado, lo que permitirá realizar micro excavaciones y determinar si al ser depositada contuvo algún alimento o materiales orgánicos y minerales específicos.

Las piezas cerámicas, entre los que se encuentra una olla sin engobe y estriada, de cuello corto, corresponden al periodo Clásico Tardío (750-900 d.C.), con la predominancia de cerámica del grupo Muna y Clásico Terminal (900-1100 d.C.).

Prieto Hernández aprovechó para informar que se avanza con el proyecto de construcción del Museo Arqueológico del Puuc, en la Zona Arqueológica de Kabah, que dará cuenta del desarrollo cultural en tiempos prehispánicos de la serranía que une los actuales territorios de Campeche y Yucatán.

Informó que se trabaja en la reestructuración del Museo de Sitio de la Zona Arqueológica de Dzibilchaltún, localizada 15 kilómetros al norte de Mérida, para incorporar, mediante un nuevo discurso museográfico, las investigaciones más recientes.

Dzibilchaltún es uno de los conjuntos precolombinos más grandes de Yucatán y es un centro de importancia desde antes de nuestra era, hasta el tiempo de la invasión española.

«Ya se tiene el proyecto ejecutivo del mismo y avances de 85% del nuevo guion científico y de 70% en la clasificación de piezas arqueológicas que se exhibirán», aseguró.

El Templo de las Siete Muñecas, el monumento más importante de Dzibilchaltún, también es motivo de conservación a través del Promeza.

Los trabajos en esa edificación de finales del periodo Clásico Medio (alrededor de 750 d.C.) tienen 90% de avance.

La construcción del Centro de Atención a Visitantes (Catvi) y la unidad de servicios, 16 por ciento.

La construcción de las unidades de servicio en sitios del Puuc, como Xlapak, Labná y Chacmultún, se mantiene en una fase inicial, «pero jóvenes arqueólogos, que están por concluir las tareas de salvamento, se integrarán a las tareas de investigación y conservación en estos sitios», anotó Diego Prieto.

Sobre los petrograbados de las Grutas de Loltún dijo que puede ser admirados de nuevo, ya que fueron intervenidos.

Sobre los resultados del salvamento arqueológico en el Tramo 3, el titular del INAH puntualizó que se otorgó el visto bueno para la construcción en este segmento del Tren Maya, el cual arrojó considerable cantidad de vestigios.

«Fue posible gracias al apoyo de brigadas en las que participaron arqueólogos, antropólogos, biólogos y trabajadores sociales, entre otros», agregó.

Hasta el momento, la obra ferroviaria ha registrado y preservado 7,368 bienes inmuebles, como cimientos, albarradas y basamentos prehispánicos; 376 bienes muebles, entre metates y otros objetos cerámicos, así como 319,637 tiestos. Además, se localizaron 55 entierros humanos, muchos con ofrenda, y 119 rasgos naturales asociados a asentamientos humanos.

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