Por Martha López Huan
La construcción del Gran Museo de Chichén Itzá avanza un 70 por ciento, era un pendiente para el mejor conocimiento del enclave prehispánico que sigue siendo la zona arqueológica más visitada de México, informo Diego Prieto Hernández, director general del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).
«Además, el sitio cuenta con 8,865 metros de senderos interpretativos y eso lo vuelve un referente nacional en la materia», agregó.
Al brindar un panorama de los avances de la aplicación del Programa de Mejoramiento de Zonas Arqueológicas (Promeza) en el Tramo 4 de la obra del Tren Maya, que va de Izamal, Yucatán, a Cancún, Quintana Roo, reiteró que hay avances en la construcción del Museo en Chichén Itzá (que significa Boca de pozo de los itzáes en lengua maya).
«Más allá de un medio de transporte, el Tren Maya es un proyecto integral que fortalece la identidad, la inclusión y el sentido de pertenencia de las comunidades mayas y, al mismo tiempo, pone en valor importantes zonas arqueológica en el Sureste de México», precisó.
Prieto Hernández informó que el Centro de Atención a Visitantes (Catvi) que se construye en ese sitio que tendrá espacios para los comerciantes de artesanías, «registra apenas un 36% de avance».
«Ante la importancia turística y patrimonial de Chichén Itzá, se destinaron recursos del Promeza para restaurar y rehabilitar Chichén Viejo, uno de los 13 complejos habitacionales que hay en esa majestuosa ciudad prehispánica», aseguró.
Por otra parte, habló de Ek Balam, la segunda zona arqueológica que el Promeza atiende en el Tramo 4 del Tren Maya.
«Se da continuidad a los trabajos de investigación y conservación, se diseñan nuevos cedularios y se habilitan senderos para mejorar la experiencia del público», dijo el titular del INAH.
Al 16 de octubre, en el Tramo 4 ya identificaron y preservaron 4,228 bienes inmuebles que contribuyen a conocer la técnica constructiva y la densidad poblacional que había en esa región en la época prehispánica.
Prieto Hernández reveló que se recuperaron 570 bienes muebles, muchos completos o con los fragmentos suficientes para su restauración, «de modo que puedan enriquecer los acervos de los museos que están cercanos a la ruta del ferrocarril».
Además, encontraron 42,617 tiestos de cerámica, 16 osamentas humanas y 145 rasgos naturales, como cenotes o cavernas.
