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El Castillo de Chichén Itzá marca el solsticio de verano

El movimiento solar durará del 21 de junio al 21 de septiembre, revela José Antonio Keb Cetina, custodio de la zona arqueológica más visitada de México

Por Martha López Huan

 

El solsticio de verano en el hemisferio norte llegó este 21 de junio para marcar la transición de una estación a otra en la que los días se vuelven más largos y las noches más cortas, informó José Antonio Keb Cetina, custodio de la zona arqueológica de Chichén Itzá.

«Aquí en la zona arqueológica de Chichén Itzá pudimos comprobar una vez más que el Castillo de Kukulcán es un marcador solar», añadió sobre el solsticio de verano que durará 93 días.

En entrevista exclusiva, dijo que la temporada estival comienza el 21 de junio y terminará el 21 de septiembre y habló de las jambas que los habitantes prehispánicos de la región usaban para ver las entradas y salidas de Kin, el dios Sol de los mayas.

«Los mayas, que eran grandes astrónomos, científicos, matemáticos, arquitectos e ingenieros crearon las jambas para marcar observar la llegada del Sol y Uh, la diosa de la Luna», aseguró.

Keb Cetina, que lleva en la sangre la herencia de sacerdotes mayas, describió el bello espectáculo que ofrece la llegada del solsticio de verano, «ver desde Chichén Itzá la llegada del poderoso Sol en el día más largo del año es como un regalo para los dioses: los colores que ofrecen los rayos de Kin contrastan con los de la selva maya logrando un efecto celestial, como el paraíso».

Además, este 21 de junio, con el solsticio de verano, el Castillo de Kukulcán se convirtió en un marcador solar: «con la salida del sol se alumbraron sólo dos caras del Castillo y dos quedaron a obscuras».

«Lo interesante fue ver que en una de las jambas del lado oriente (un agujero pequeño junto a las puertas), ubicado en el Castillo de Kukulcán, se vio perfectamente la llegada del Sol», explicó.

Desde las jambas, los mayas observaron el eterno transitar del Sol, «eran buenos contadores del tiempo, calculaban movimientos estelares relacionados con el templo de Kukulcán, que construyeron a modo para marcar los solsticios».

Para la NASA, el solsticio de verano es parte de la órbita del Sol en ángulo a la Tierra.

«Su eje inclinado siempre apunta en la misma dirección. Entonces, durante el año, diferentes partes de la Tierra reciben los rayos directos del Sol», revelaron científicos de la NASA.

Por su parte, el Servicio Meteorológico Nacional, «cuando el Sol alcanza su cúspide en el hemisferio norte, se registra el solsticio de verano».

«En ese momento, el Sol está directamente sobre el Trópico de Cáncer, que se encuentra a 23,5° de latitud norte, y atraviesa México, las Bahamas, Egipto, Arabia Saudita, India y el sur de China», añadió.

En todos los lugares al norte del Trópico de Cáncer, el día del solsticio de verano es el más largo del año. Los días se han ido alargando antes de su llegada y comenzarán a acortarse después.

El término estival se utiliza para designar como adjetivo calificativo a la época del año en la cual las temperaturas suben y el clima es más cálido.

La época estival se conoce como verano y, dependiendo del hemisferio, puede suceder desde diciembre a marzo o desde junio a septiembre.

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